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Ánodo de magnesio: qué es y cuándo hay que cambiarlo

Ánodo de magnesio: qué es y cuándo hay que cambiarlo

¿Qué es el ánodo de magnesio?

El ánodo de magnesio es un elemento de protección catódica, normalmente fabricado en acero. Está recubierto de magnesio y se coloca en el interior del termo eléctrico, atornillado a la cubierta del tanque, bien junto a la resistencia eléctrica o de forma independiente.

A veces, el ánodo de magnesio forma una única pieza con la resistencia del termo, mientras que otras veces, ambos elementos son independientes.

Los termos eléctricos Primaterm presentan el ánodo junto con la resistencia, como la mejor manera de evitar la acumulación de cal sobre la misma, atrayendo la cal sobre sí, evitando que se acumule sobre el elemento calefactor y alargando su vida útil

Por otra parte, cuando hablamos de acumuladores o interacumuladores de más de 200 litros, es posible que cuente con más de un ánodo de magnesio, para asegurar una protección eficaz y duradera de todo el tanque.

¿Por qué es importante este componente?

El ánodo de magnesio, también conocido como «ánodo de sacrificio», cumplen una función clave en los termos eléctricos en particular y en cualquier depósito de agua en general.

Pero, ¿por qué?

El calderín interior de un termo eléctrico está fabricado en acero vitrificado. Cuando se llenan de agua, en su interior se produce una reacción electrolítica que tiende a corroer sus paredes, dañando el equipo de forma progresiva.

Lo que hace el ánodo de magnesio es, básicamente, atraer la cal hacia sí mismo, protegiendo el calderín y al resto de componentes metálicos del termo: como el magnesio es más reactivo que el acero, esta pieza absorbe la actividad química producida por la oxidación, sufriendo el desgaste y permitiendo que el resto de elementos estén en buen estado.

Esta reacción se conoce como “protección catódica”, y evita que el termo se estropee antes de tiempo.

¿Cuándo hay que cambiar el ánodo de magnesio?

Aunque los termos eléctricos requieren un mantenimiento mínimo, para garantizar su eficiencia y óptimo funcionamiento, debemos comprobar cada cierto tiempo el estado de sus piezas, especialmente la resistencia eléctrica y el ánodo.

En este sentido, cada fabricante establece sus propios términos de garantía, pero en general el ánodo de magnesio debe revisarse cada dos años. En aquellas zonas de agua muy dura, es recomendable hacerlo con una periodicidad anual.

En conclusión, como el ánodo está sometido constantemente a la corrosión, debe sustituirse cada 1-3 años dependiendo de la dureza del agua de la zona geográfica donde nos encontremos.

La razón es sencilla y es que según vaya pasando el tiempo, el ánodo va cubriéndose de cal y, paulatinamente, va perdiendo eficacia. Si descuidamos el mantenimiento de este elemento y llega a cubrirse completamente de cal, este dejará de cumplir su función y la cal empezará a acumularse sobre la resistencia eléctrica; afectando negativamente a su funcionamiento, eficacia y vida útil.

Además de la dureza del agua, otros factores que condicionan la vida útil del ánodo de magnesio de un termo son: 

  • Temperatura a la que esté regulado el aparato.
  • Consumo de agua caliente de la vivienda.
  • Tipo/modelo de termo eléctrico.

Respecto a las señales que pueden ponernos alerta para cambiar esta pieza, destacamos: 

  • El termo hace ruido inusual durante su funcionamiento.
  • El agua no se calienta (la acumulación de cal en el ánodo puede afectar a otras piezas, como la resistencia eléctrica).
  • El termo desprende un olor extraño o desagradable (esto puede indicar que el tanque empieza a sufrir corrosión).

No obstante, como ya hemos dicho, independientemente de que se den o no estos factores, el mantenimiento del termo eléctrico ha de realizarse siempre en el tiempo que indica el fabricante y por mano del servicio técnico oficial de la marca, que son los únicos que pueden garantizar la sustitución de piezas por repuestos originales y garantizar que la manipulación del aparato se realiza de forma correcta.

¿Cómo cambiar el ánodo de magnesio?

Retirar la acumulación de cal del depósito y de la resistencia eléctrica y sustituir el ánodo son tres acciones básicas para prolongar la vida útil de nuestro termo eléctrico.

Este proceso debe realizarlo un profesional acreditado del servicio técnico oficial del fabricante, ya que requiere ciertos conocimientos técnicos.

Los pasos a seguir son: 

  1. Desenchufar el termo eléctrico.
  2. Vaciarlo de agua.
  3. Retirar la cubierta del depósito.
  4. Desmontar el termostato y los cables.
  5. Desatornillar y/o desenroscar y quitar la placa donde se encuentran el ánodo y la resistencia.
  6. Si la resistencia está en buen estado, podemos limpiarla y quitarle la cal con un producto específico, pero que no sea demasiado corrosivo ni dañe el metal. Si la resistencia está defectuosa o gastada, será el momento de sustituirla. 
  7. Retirar la acumulación de cal de dentro del depósito y sustituir la junta si está desgastada.
  8. Sustituir el ánodo por uno nuevo. Hay que elegir el ánodo adecuado (existen modelos de diferentes tamaños) comprobando las instrucciones del aparato. Antes, conviene limpiar bien la zona. Al poner el nuevo ánodo, hay que poner teflón en la rosca.
  9. Colocar en su sitio el termostato y volver a conectarlo. 
  10. Poner la cubierta del depósito y enchufar el aparato.